viernes, 1 de mayo de 2009

Los Viaductos de la calle Bailén. Madrid.

Primer viaducto construido a fines del siglo XIX.




La idea de unir el Palacio Real con la iglesia de San Francisco el Grande por medio de una gran avenida fue abordada por primera vez en tiempos de los Borbones. Así, la orientación norte-sur del nuevo Palacio Real que había proyectado Juan Bautista Sachetti en 1736, apuntaba la necesidad de conectar la entrada sur del palacio con una gran avenida que salvara el desnivel del barranco de la calle Segovia. El problema radicaba en el elevado coste de la obra y la gran cantidad de tierra que habría que mover para conectar la Plaza de Armas con las Vistillas. Durante el breve reinado de José Bonaparte, el arquitecto real Silvestre Pérez apuntó como solución la construcción de un colosal viaducto en la misma proyección que el eje de la fachada principal de Palacio, pero la falta de recursos hizo posponer la idea. A mediados del siglo XIX se volvió a retomar pero, como señalaría Fernández de los Ríos en su «Guía de Madrid» (1876), de manera «más provechosa para los intereses generales y la pública viabilidad», esto es, trazando un viaducto que no sigue el eje del palacio, sino como prolongación de la calle Bailén, uniendo los barrios de Palacio y San Francisco. Entre 1872 y 1874 el arquitecto Eugenio Barrón construyó el viaducto con una innovadora estructura de hierro y madera, como parte de un proyecto de reforma general de la calle Bailén, que había sido aprobado en 1861 y que había tenido su origen en las demoliciones que realizó Bonaparte en el entorno de la fachada oriental del Palacio Real. La remodelación de la calle de Bailén hasta su encuentro con la iglesia de San Francisco concluyó en 1883 e implicó la demolición de otras tantas casas de esta parte de la ciudad y de algún edificio singular, como la Iglesia de Santa María de la Almudena. Este primer viaducto fue demolido durante la Segunda República, y fue sustituido por uno nuevo construido por los arquitectos Ferrero, Aracil y Aldaz entre 1931 y 1934. Durante la Segunda República el ayuntamiento convocó dos concursos públicos, uno en 1931 y otro al año siguiente, para construir un nuevo viaducto que sustituyera al que realizó Barrón, puesto que ya había sido necesario reformarlo en varias ocasiones (1921 y 1927). El proyecto ganador fue el presentado por los arquitectos Ferrero, Aracil y Aldaz, consistente en una obra racionalista de hormigón armado pulido, formada por tres bóvedas de 35 metros de luz y cuatro nervios. Las obras se prolongaron hasta 1934, aunque de nuevo en 1942 hubo que reconstruirlo por los daños que había sufrido durante la Guerra Civil. En 1975 fue cerrado al tráfico y se barajó la hipótesis de derribarlo y remplazarlo por uno más moderno, aunque en última instancia se decidió mantenerlo y restaurarlo (1977-1978).


La alineación de las calles Mayor y Bailén así como la construcción de la Plaza de Oriente y de los viaductos supusieron en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX la desaparición de entre otros edificios de los palacios de Pastrana, Alburquerque y Malpica, de la casa de Francisco de Borja,;principe de Esquilache, virrey del Perú y nieto de San Francisco de Borja, y de practicamente todas las dependencias anejas al Alcazar como eran entre otras las cocinas, enfermeria, caballerizas, armeria, casas de los pajes y del cerrajero. Igualmente el hospital de San Lazaro, la primer leproseria de España, que podemos situar en el llamado Alto Sano o Altozano en lo que son ahora los jardines de la Cuesta de la Vega. Había desaparecido con la unificación de hospitales que hace Felipe II. Posiblemente fundado en el siglo XV, estaba situado entre la actual cuesta de la Vega y calle Segovia, fuera de los muros de la ciudad. Conocido popularmente como "Alto sano", se trataba de un hospital de incurables cuya función no era otra que apartar de la ciudad a leprosos, sifilíticos, y demás enfermos contagiosos. Según Jerónimo de la Quintana, era muy frecuentado los viernes de Cuaresma, puesto que visitándolo ese día se conseguían importantes indulgencias.Felipe II determinó su supresión en 1566 junto a otros hospitales, pero siguió funcionando hasta 1587, año en que se redujo al de Antón Martín. No obstante, según otros documentos aún funcionaba en 1603, aunque únicamente como refugio de mendigos y delincuentes. Desapareció definitivamente en 1609.
Al final de la Cuesta de la Vega, y ya junto al antepuento de Segovia, se situaba la leproseria o lazareto de San Lázaro. Es San Lázaro desde la edad media el patrón de los leprosos. Es el hermano de Marta y María, recusitado por Jesús, tras haber llorado por él. El día en que celebramos este santo de los leprosos es el 17 de diciembre.

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