jueves, 8 de mayo de 2008

Iglesia Parroquial de Belinchón. Cuenca.





La iglesia de Belinchón guarda claras semejanzas con las del resto del priorato de Ucles, rigidez y monumentalidad como caracteírticas principales. Consta de tres naves separadas por columnas, ábside poligonal, cubierta con bóveda de crucería y poderosos contrafuertes, con una torre adosada a los pies del templo. Su aspecto es el de fortaleza defensiva. Aspecto que aumenta por su situación de dominio sobre el territorio al que se asoma.Dede 1751 acoge "El Cristo de la Muralla" llamado así por haberse esculpido en las piedras de la muralla que rodeó al castillo. El 26 de Octubre de 1972 fue declarada Monumento Nacional y la Dirección General de Bellas Artes realizó una importante restauración; se reconstruyó la hundida crucería del presbiterio, se eliminó la sacristía, se suprimió la capilla del Cristo, adosada al muro sur y se abrió la puerta Oeste hasta entonces cerrada.












































A las que fueron famosas SALINAS de BELINCHÓN hace alusión el Arcipreste de Hita en su libro del Buen Amor. Los restos arqueológicos encontrados en las Salinas, demuestras que fueron ya explotadas por los Romanos, quienes, seguramente, comercializaban su sal a través de la calzada romana que discurrió cerca de Belinchón y que unía Ercávica con Valeria, pasando por Huete, Uclés, y Segóbriga. En el catastro de Ensenada se recoge como "en la Villa hay una Salina que pertenece . S.M. el Rey y que estas Reales Salinas cuentan con un administrador, Manuel Maldonado, en cuya fábrica trabajan diferentes individuos".
Fueron uno de los mayores recursos económicos de la Orden de Santiago en la zona en la jurisdicción de Estremera. Su control fue ejercido por la Mesa Maestral. El proceso de apropiación de esta importante y rentable explotación, cuyo producto era esencial en la Edad Media, para la conservación de alimentos y al igual que hoy como complemento esencial de la
dieta, fue progresivo. En 1178, Alfonso VIII, dona a Pedro Fernández, maestre santiaguista, y a sus freires, el diezmo de todas las salinas de Belinchón. Ello despertó el recelo del gran rival en la zona, el arzobispo Toledo, que no tardó en plantear un pleito sobre este lugar. El papa Alejandro III interviene en favor de la Orden confirmando su propiedad sobre las décimas de las Salinas en ese mismo año de 1178. Pero una de las donaciones que pondrá las bases del control absoluto sobre las salinas se produce en 1246, cuando Fernando III, otorga a la Orden y a su convento de Segura de la Sierra, una renta anual de dos mil áureos en las mismas111. El control definitivo llega en 1249, cuando este mismo monarca y en agradecimiento por la ayuda recibida en la toma de Sevilla otorga a la Orden su control total. Existió en el lugar algún tipo de convento de la Orden, donde habitan clérigos de la misma. En el siglo XV, el lugar estaba desierto, aunque se documenta para 1494, la existencia de una llamada alcaldía de las Salinas de Belinchón. El control sobre esta explotación fue muy meticuloso por parte de la Orden. En 1466, Enrique IV de Castilla , hermano de Isabel la Católica, concede a don Rodrigo de Villoa, la merced de explotarlas, pero sin renunciar a sus derechos sobre ellas, con él aumenta su producción y paga a la orden de Santiago 400 florines de oro y la sal de todos sus conventos. Las salinas vuelven a la corona el 17 de septiembre de 1564 tomando posesión de ellas Felipe II, pero el descenso registrado en la producción, motivado por la falta de atención y medios para su explotación, hacen que se decrete su inutilización. Durante casi 3 años quedan inactivas hasta que en 1873 se subastan adjudicándoselas al marqués de Remisas, hermano del duque de Riánsares; esposo de la reina Cristina, viuda de Fernando VII.Bibliografía. La Orden de Santiago y la organización social de la Transierra castellano-leonesa (ss.XII-XIV).José Vicente Matellanes Merchán. Cuadernos de Historia Medieval. 1999.



















Belinchón


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